Me despierto, como todos los días,
no hay nada que cambie, la misma rutina.
Mi cuerpo, que tenia el desea de vivir,
aaah! ese pensamiento ahora parece tan lejano.
Cada día pudriéndose, sin anhelos, sin risas, sin tristezas,
camina por las calles, deseado que su muerte llegue.
Mira al cielo y recuerda, los olores de las flores,
el sabor de la comida, y una lagrima recorre sus mejillas.
Cuando murió, todo eso quedo atrás.
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